22 septiembre 2010

Los niños mongolitos

Ayer estuve en una reunión de inicio de curso en el colegio de mis hijos... ¡No imagino un mejor lugar que ese para sacar la porra eléctrica a relucir! (bueno, a lo mejor una reunión calentita de la comunidad de vecinos estaría a la altura).
Sinceramente, creo que los padres hemos perdido el norte. Madre mía la de gilipolleces por minuto que se pueden oír en un espacio tan reducido. Se pueden escuchar perlitas como:
"¿Los libros hay que forrarlos con el nombre por fuera?" - Amos no me jodas que no tienes cosas más importantes que preguntar...
"Mi niña es muy sensible y la profe de lengua le habla fuerte?" - Coño... pues bájale el volumen al Wishper XL
Etc, etc...
Luego están los que se quejan porque les ponen muchos deberes... Los que se quejan porque les ponen pocos deberes... los que se quejan porque los libros son muy caros (pero me lo gasto en cañas o en el Zara)... los que se quejan porque en la escuela de fútbol los que pierden llevan a caballito a los que ganan y pueden quedar traumados (traumados les dejaba yo... sus cráneos).
Están los padres que obligan a los niños a ir por delante en el temario (a estos deberían obligarlos sus jefes también a adelantar trabajo, a ver que les parecía). Pero también están los padres que abandonan a sus niños toda la tarde sin más ayuda que la de una rumana que apenas balbucea el castellano.
Luego está el grupo de padres "cool" capaces de aberraciones como "el cumpleaños solidario" (os juro que no me lo invento), en el que el niño invita a sus amiguitos a su cumple con una carta (escrita libremente y sin presiones externas) en la que afirma que tiene de todo y los juguetes ya no le hacen ilusión, pero que los negritos con barriguitas abultadas las pasan putas y que en vez de un regalo, mejor me traéis un sobre que mi papá, que es la hostia de solidario, ingresará en la ONG que le salga del escroto, y que como además de solidario es muy honrado os hará llegar el resguardo bancario... (que esto desgrava y mi papá vela por tu economía) ¿¿?? sin palabras.
Para todos y cada uno de ellos... porra eléctrica.
Si éramos pocos, ahora las autoridades (que nos rigen con mano firme frente a las adversidades), también se meten a la cosa de educar y nos dicen que los niños no deben comer bollos porque se nos ponen como luchadores de sumo sin coleta, pero que pueden fornicar como los monos del zoo porque además de ser "modelno", los posibles deslices tienen remedio con la pastilla mágica del día después.
En fin, el panorama es desolador... creamos niños mongolitos que no saben lo que es un revés en la vida ("tranquilo cariño, mamá ya hablará con el entrenador para que seas titular"), y que no saben valorar lo que tienen. Lo peor de todo es que los niños hacen lo que ven en casa... y en la tele... la cultura del mínimo esfuerzo. El "me lo llevo muerto sin dar ni palo" se ha convertido en el lema de este país.
Disculpas por el tono moralizante, pero es que una reunión de padres incita al exabrupto, cuando no a la violencia.

13 septiembre 2010

No me contengo

Que bonito es vivir en sociedad!!
La convivencia con los seres humanos españoles no deja de sorprenderme. Me explico:
Tengo la desgracia de que mi amado ayuntamiento ha pensado que un sitio idóneo para poner un par de contenedores de esos de reciclar vidrio y papel, es enfrente de mi casa. Hasta aquí todo correcto... no seré yo quien ponga en duda las bondades del reciclaje, incluso soy tan iluso que me creo que es bueno para el planeta y ni se me pasa por la cabeza pensar que todo sea una milonga para repartir contratas a primos y compañeros de afiliación y buscar subvenciones por tener la barba sucia y un perro cochino.
El problema es que hay un grupo de personas que debido a su analfabetismo crónico confunde las frases de "Solo vidrio" o de "Papel y Cartón" con "Aquí puedes dejar, si es posible en la acera y desparramada, toda la mierda que quieras".
No hace muchos años, cuando uno quería desprenderse de una aspirador rota, buscaba un contenedor de obra cercano y tras esperar a que se hiciera de noche, te ponías ropa oscura, un gorro de lana y te pintabas dos lineas negras en la cara en plan "comando" y deslizándote por la noche como una sombra, la arrojabas con la mayor discreción posible.
Pero hoy es más fácil... basta con acercarse a nuestra pareja de amigos -los contenedores de papel y vidrio- y dejar en la acera todo lo que se te ponga en la punta del nabo. Cada vez que salgo del portal me puedo encontrar con: tablones, sacos de escombros, maletas rotas, juguetes desahuciados (¿es que no han visto Toy Story?), incluso he llegado a ver un calentador Junkers con varias tuberías adheridas.
Cada 3 o 4 días y llamo al Ayuntamiento y mantengo una conversación tipo:
-Los contenedores de enfrente de mi casa están rodeados de basura
-¿Que ocurre están llenos?
-No lo se. De todas formas, por la ranura no cabe un radiador.
En fin, a la gentuza que se cree que el trozo de acera de enfrente de mi casa (y todos los trozos de acera que han tenido la desgracia de ser marcados como "zona solidaria de recogimiento de caca") es el ideal para abandonar sus miserias, los tenía yo una temporadita limpiando letrinas en un hospital de infecciosos.
Como decía al principio: Que bonito es vivir en suciedad!!!

06 septiembre 2010

Los propietarios (The owners)

He vuelto de las vacaciones, y este año hemos ido 15 días de alquiler a un apartamento en la costa levantina... primera linea de playa, piscina, pistas de pádel y chiringuito incluidos en la urbanización... vamos a priori un paraíso (cobrado a precio de paraíso, todo hay que decirlo).
Sin embargo lo que parecía iban a ser días de felicidad se vieron empañados por una figura que yo desconocía pero que existe... los autodenominados "Propietarios" (osea los que no son escoria alquilada y pueden disfrutar de su "cárcel de oro" cuando les salga de los güibols).
Esta gentuza, (que creen haber salido directamente de una novela de aristócratas victorianos cuyo título podría ser "O sea... Sentido y Sensibilidad"), seguramente de Septiembre a Junio lleven una vida tan miserable como la del resto, pero en los meses de verano rivalizan entre ellos por aparentar ser los más "cool", los más "perfectos", los que visten a los niños con más hackets, los que llevan a la interna con más pinta de primate... en fin, la palabra patéticos les iría bastante al pelo.
Si bien es cierto que en la urbanización la mayoría era gente bastante normal, esta minoría llamativa centraban la atención. Era fácil reconocerlos. 

Ellos: Cuando no llevan el uniforme del pádel (que además de todo muy "pádel lobb" se complementa con cintas para las rodillas, muñequeras y demás), llevan polos con muchos colores y números que podría llevar cualquier poligonero-pastillero (es que la línea es muy fina) y bañadores de esos de padre muy por encima de la rodilla, siempre Hackett (yo creo que los compran al por mayor para que les hagan precio)

Ellas: Kaftan vaporoso con Bikini de diseño (cada día uno distinto... menudo fondo de armario), sombrero (las más osadas se atreven con el borsalino... ¡¡guau que atrevidas!!)... y muy importante: la carita maquillada (natural pero que se note) y unas gafas de sol grandes que nunca se quitan ni siquiera para bañarse (cuando nadan, para que no se les estropee el brushin y la base de maquillaje, van con el pescuezo estirado como la que se está asomando todo el día). 
De los niños mejor no hablar: criaturas maleducadas que se pasan las horas haciendo el cafre en la piscina, con la única compañía de las internas que las vigilan complacientemente sentadas a la sombra, en conciliabulo digno de una corte inca.Yo no vi casi nunca a esos niños jugando con sus padres... y nunca con sus madres.
Como muestra una frase que oí a uno de estos fenómenos: "Me voy a hacer un poco de Spinning que por la noche tenemos la fiesta ibicenca"... sin comentarios.
En fin, porrita eléctrica para todos ellos. Por mi parte se pueden meter por el orto su mundo de ficción estival... y sus vanos intentos de gritar al mundo "lo-felices-que-somos-con-nuestro-puto-apartamento-del-que-no-podemos-salir".
Eso sí... pedazos de coches que se veían... en el fondo os confieso que es envidia malsana.