Sinceramente, creo que los padres hemos perdido el norte. Madre mía la de gilipolleces por minuto que se pueden oír en un espacio tan reducido. Se pueden escuchar perlitas como:
"¿Los libros hay que forrarlos con el nombre por fuera?" - Amos no me jodas que no tienes cosas más importantes que preguntar...
"Mi niña es muy sensible y la profe de lengua le habla fuerte?" - Coño... pues bájale el volumen al Wishper XL
Etc, etc...

Están los padres que obligan a los niños a ir por delante en el temario (a estos deberían obligarlos sus jefes también a adelantar trabajo, a ver que les parecía). Pero también están los padres que abandonan a sus niños toda la tarde sin más ayuda que la de una rumana que apenas balbucea el castellano.
Luego está el grupo de padres "cool" capaces de aberraciones como "el cumpleaños solidario" (os juro que no me lo invento), en el que el niño invita a sus amiguitos a su cumple con una carta (escrita libremente y sin presiones externas) en la que afirma que tiene de todo y los juguetes ya no le hacen ilusión, pero que los negritos con barriguitas abultadas las pasan putas y que en vez de un regalo, mejor me traéis un sobre que mi papá, que es la hostia de solidario, ingresará en la ONG que le salga del escroto, y que como además de solidario es muy honrado os hará llegar el resguardo bancario... (que esto desgrava y mi papá vela por tu economía) ¿¿?? sin palabras.
Para todos y cada uno de ellos... porra eléctrica.
Si éramos pocos, ahora las autoridades (que nos rigen con mano firme frente a las adversidades), también se meten a la cosa de educar y nos dicen que los niños no deben comer bollos porque se nos ponen como luchadores de sumo sin coleta, pero que pueden fornicar como los monos del zoo porque además de ser "modelno", los posibles deslices tienen remedio con la pastilla mágica del día después.
En fin, el panorama es desolador... creamos niños mongolitos que no saben lo que es un revés en la vida ("tranquilo cariño, mamá ya hablará con el entrenador para que seas titular"), y que no saben valorar lo que tienen. Lo peor de todo es que los niños hacen lo que ven en casa... y en la tele... la cultura del mínimo esfuerzo. El "me lo llevo muerto sin dar ni palo" se ha convertido en el lema de este país.
Disculpas por el tono moralizante, pero es que una reunión de padres incita al exabrupto, cuando no a la violencia.